Sobre este tema, el Secretario de Asistencia Directa y Calidad de Vida, Alejandro Marenco expresó: “estamos trabajando para reactivar los criaderos de trucha de la Puna, entendiendo que el Estado Provincial, a través de diferentes políticas públicas, fomenta y acompaña el desarrollo humano, económico y social de las regiones”.
Continuando, Marenco señaló que “en el marco del Plan Social Nutricional Provincial, el 50% del total de la producción ictícola será destinada al programa de Asistencia Nutricional Escolar, específicamente a los comedores de los establecimientos educativos de la región, revalorizando la Ley Provincial Nº 5185 de Compre Jujeño. El restante es para los productores de los centros vecinales y/o comunidades originarias, para autosustento y comercialización”.
Por su parte, el responsable de la fundación Truchas del Norte, Eduardo Carrillo, manifestó: “a través de la firma del convenio con el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción vamos a recuperar los 28 criaderos de trucha que hay en la Puna que se crearon hace 20 años. En una primera etapa vamos a reactivar 7 u 8, ya que algunos están en buenas condiciones o otros que hay que levantarlos, pero son todos recuperables”.
Asimismo, remarcó que es decisión del Gobernador Gerardo Morales, poner en funcionamiento todos los criaderos, generar interés en esta actividad, algo que nunca se logró, pero ahora se va a materializar con el apoyo que está brindando el Estado Provincial.
Carrillo destacó que esta iniciativa tiene muy buena aceptación por parte de los centros vecinales, comunidades originarias y municipios puneños, los cuales en algunos casos, se plantean trabajar en conjunto, con la confianza de que van a llevar adelante de muy buena manera esta actividad productiva que va a generar nuevas fuentes de trabajo genuino.
“La trucha es una especie de agua fría y se desarrolla espectacularmente en la Puna. En la acuicultura se aprovechan los recursos, en los piletones creados artificialmente se puede recircular el agua, limpiarla, re oxigenarla. Comercialmente hablando es un proyecto muy bien planteado que necesita un año de desarrollo hasta llegar al producto final. Esto implica el alimento de los alevinos, extracción, faenado, desviserado, empaquetado, todo como marca la ley, porque si queremos salir al mercado tenemos que tener la certificación de salubridad de la Superior Unidad Bromatológica Provincial (SUNIBROM), con los registros correspondientes”, explicó Carrillo.
Además, indicó que la acuicultura puede potenciar otras actividades como el turismo, la gastronomía, sobre todo en el corredor que va desde Tumbaya hasta La Quiaca.
Finalmente, subrayó que existen doce comunidades originarias en esa región que no cuentan con criaderos, que están interesadas en formar parte de estos emprendimientos productivos.